Una vez leí del gran visionario, empresario y filántropo venezolano, Gustavo Vollmer, una frase inolvidable y cierta, si la memoria no me falla, decía: “La vida es mutante”. Lógica y simple, pero cuando menos lo esperas ocurren cambios inesperados capaces de crear una confusión y desconcierto en tu vida. Es lo que vivo hoy.
Tal vez muchos podrán saberlo, mi padre Gilberto Mendoza, luego de 33 años siendo la máxima autoridad de la Asociación Mundial de Boxeo, renunció de forma irrevocable a la presidencia para enfrentar a su más difícil enemigo: el cáncer. Es casi imposible transmitirles la impotencia y tristeza entremezclada de ver a tu héroe luchando contra lo imposible, sin poder hacer nada. Solo queda callar y tener fe en Dios.
No puedo mentir adoro mi trabajo, amo el boxeo y siempre soñé en dirigir la World Boxing Association, solo que no deseaba asumirla de esta forma. Pero el legado de Gilberto Mendoza padre en la dirigencia pugilística será inmortal. Su amor por la disciplina no sólo lo llevo a practicar el boxeo a nivel aficionado, sino que entregó lo mejor de sí en cada cargo en el que estuvo involucrado. En la Comisión de Boxeo del Estado Aragua, siendo uno de sus fundadores, ocupó distintas posiciones: vocal, tesorero y presidente. En la Asociación Mundial de Boxeo fue asesor administrativo, presidente del comité de clasificaciones y luego, con solo 39 años, se convirtió en el presidente más joven de la organización.
En su gestión como presidente los logros son innumerables. No solo elaboró los manuales administrativos y operativos del organismo, sino que al final de la década de los 70, se atrevió a proponer un manual de lineamientos de clasificaciones, considerado brillante por el legendario promotor Bob Arum, agregando una serie de criterios objetivos a una función siempre cuestionada. Pudo llevar principios de equilibrio, justicia y transparencia a un tema tan controversial como el sistema de ranking.
El enfoque de los cambios reglamentarios propuestos durante su mandato se basó en la protección integral del púgil, el desarrollo del boxeo a nivel regional como organismo mundial y un deporte libre de sustancias prohibidas. Mientras, en el aspecto de responsabilidad social desarrolló la campaña mundial preventiva “KO a las Drogas” desde 1989, enfocada en jóvenes desde los 12 a 15 años para convertir a este deporte en una actividad capaz de ser vehículo de superación social a chicos expuestos a tanta problemática.
Y al boxeador venezolano lo protegió casi como a un hijo, no en vano en su gestión vio coronar más de 25 púgiles. Una carrera digna de reconocimiento e imposible de superar, solo ignorada por el Hall de la Fama Internacional por prejuicios y discriminación. Aún pueden rectificar. ¡Al César lo que es del César!
Gilberto Jesús Mendoza
Leer más en: http://www.liderendeportes.com/opinion/columnas/desde-mi-esquina/gilberto-mendoza-padre-y-su-legado.aspx#ixzz42hBXKIYC
No hay comentarios:
Publicar un comentario