ARTE

jueves, 31 de diciembre de 2015

¿En apuros? Ideas exprés para el menú de Fin de Año



¿En apuros? Ideas exprés para el menú de Fin de Año

Posted: 30 Dec 2015 11:30 PM PST

 TAGS:undefinedUna visita inesperada o bien se ha decidido a última hora que debes encargarte de la cena de Fin de Año. No te preocupes, porque puedes hacer platos sencillos de manera exprés tanto para ti y tu pareja como para la familia o grupo de amigos.

Primeros

Para los primeros, una buena sopa o crema caliente te puede salvar de más de un apuro. La verdad es que son fáciles y rápidas de preparar, introduciendo todos los ingredientes, como hortalizas y verduras en la batidora para crear una crema con un toque algo distinto. Puedes dotarle de especias asiáticas y ya consigues ese efecto tan diferente que se necesita. O si lo prefieres, a la crema le añades virutas de jamón de pato o ibérico y seguro que todos están contentos. Las cremas de langostinos con éstos encima son nuevas propuestas a tener en cuenta.
Otra idea de primeros platos es el arroz o risotto de boletus o de lo que quieras. Asegúrate que el arroz está precocido para ahorrar tiempo, pues se realiza en un momento y está riquísimo. Un aperitivo con delicatessen te costará algo más caro pero lo preparás en un momento (basta ponerlo en los platos de manera atractiva) y seguro que triunfas en la mesa de Fin de Año.

Segundos

Los segundos platos son  los que precisan de una mayor elaboración. Hay algunas carnes que se realizan de una manera fácil que otra. Un lomo a la sal es un plato que gusta a todo el mundo y no necesita de una gran precisión. Mientras que el confit de pato, con peras, patatas u otros complementos es también un plato sabroso que se hace en el momento. Basta con saber con antelación cuando calentar el horno y dejar sobre una bandeja el confit de pato para hornearlo al máximo de grados. Estará hecho en poco tiempo. 

De todo un poco

Una tercera opción, y más rentable, es hacer un pica pica, llamado de todo un poco, a base de tostas con foie, coctel de gambas, virutas de jamón, cremas de queso para untar con caviar, y toda clase de manjares para que todos se lo sirvan al momento. Para beber, un buen vino tinto es siempre esencial.
Recuerda que un vino, cava y champagne son imprescindibles para cualquier celebración... ¡No te pierdas nuestras sugerencias!
 Imagen: Jacinta Lluch Valero

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miércoles, 30 de diciembre de 2015

¡Sobrevive a la Navidad y el Fin de Año y empieza 2016 con el mejor pie!

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¡Sobrevive a la Navidad y el Fin de Año y empieza 2016 con el mejor pie!

Posted: 29 Dec 2015 11:30 PM PST

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Las últimas semanas del año son complicadas porque implican la elaboración del trabajo cotidiano, sumado a las decoraciones, regalos, cenas y compromisos sociales. Es posible conseguir organización suficiente para disfrutar de las fiestas sin acumular estrés negativo.
"El estrés es una reacción fisiológica del organismo frente a las diversas situaciones que generan una sensación de peligro y cuando no somos capaces de poder abordar adecuadamente estas situaciones generadoras de estrés, sentimos una sensación de cansancio y desgaste crónico. Nos cuesta levantarnos, tenemos menos energía para estudiar o trabajar o estamos más irritables", explica la psicóloga Verónica Selman, del Servicio de Salud Metropolitano Central.

"Al enfrentar el fin de año, debemos ser pacientes, no acelerarnos ni sobrecargarnos de trabajo o compromisos. Debemos aprender a decir que no y no hacer todo lo que no hicimos en todo el año de una vez", remarca. Las tareas que queden pendientes, más que un problema se pueden convertir en un motivador y un desafío para el año venidero, aconseja.
  • Descansa: En lugar de quedarte despierto más tiempo por las noches para hacer tareas extras, puedes acostarte más temprano para comenzar los preparativos de fin e año más temprano.
  • Paciencia: Si en medio de los preparativos de la celebración de fin de año comienzas a tener pensamientos negativos, sentirás mayor agotamiento y nerviosismo. Intenta evitar enfocarte en ideas como el poco tiempo disponible y cuida tus pensamientos, al surgir una idea negativa no la reprimas, pero déjala pasar y busca un pensamiento positivo para continuar, como por ejemplo lo felices que quedarán todos al ver la decoración de fin de año.
  • Relájate: Siempre debes tomar un tiempo para relajarte aunque tu agenda esté llena de tareas. Busca 10 o 15 minuto diarios para ir a un lugar tranquilo, escuchar música y cerrar tus ojos. Intenta relajar cada centímetro de tu cuerpo y respira profundamente. De esta manera podrás reincorporarte a tus actividades con mayor energía.
  • Escucha música mientras trabajas: Poner música a un volumen moderado mientras trabajas en tus actividades cotidianas o preparativos de fin de año te ayudará a sentirte mejor y mantener el buen ánimo. Puedes elaborar una lista de reproducción con tu música preferida.
  • Organízate: Elabora una lista de las tareas pendientes e identifica las que te generan mayor estrés para ejecutarlas con más calma y por orden de prioridad.
  • Planifica las cenas: Planificar el menú de los días 25 y 31 te permitirá tomar decisiones saludables y evitar el estrés en el supermercado. Adicionalmente puedes definir un presupuesto previo para las cenas.
Y, sobre todo, no te olvides de disfrutar junto a los tuyos: ¡esto es lo más importante en estas fechas! Y si le añades una copa de buen vino, ¡mejor que mejor!

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Pago de los Capellanes Joven Roble 2014: un vino tinto con DO Ribera del Duero a base de las castas tempranillo y merlot de la añada 2014 y de un grado alcohólico de 13.5º.
 
 

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Pruno 2014: un vino tinto de la DO Ribera del Duero cuyo coupage contiene tinta fina de 2014 y 13.5º de grado alcohólico. 
 
 
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martes, 29 de diciembre de 2015

“Para mí Juchitán es el motor”: Demián Flores, conversando con Bruno Torres

19 de abril de 2015
Por: Bruno Torres (@bruneitorres)
Su taller es un refugio oaxaqueño en la ciudad de México aunque bien podría tratarse de una fortaleza custodiada por los luchadores que cuidan sus espaldas, esculturas del icono mexicano que tanto le gusta. Demián Flores lleva a Juchitán en su trabajo diario: La creación artística, pero lo asimila desde el mestizaje que extiende los horizontes del pensamiento. No solo es juchiteco, sino un artista plástico migrante, que reconoce en la lejanía lo sublime de su tierra, de las imágenes que lo siguen confrontando cuando se acuerda de una niñez marcada por los choques culturales, del traje de la mujer del Istmo al capote del torero, que a fuerza de rascar en su memoria resignificó en su última exposición “Luces en el Espejo”.
Pregunta: ¿Qué te evoca el Istmo, especialmente Juchitán?
Respuesta: Para mí Juchitán es el motor que me ha acompañado, es bastante significativo porque ahí crecí y tuve una construcción de los que migramos, que es un Juchitán más idílico, más de un sueño, una nostalgia, de ir construyendo un imaginario de lo que es. Crecí con una madre juchiteca, lo que ha sido una bisagra en todos los momentos de mi vida. Tiene que ver con cómo asumes una identidad día con día.
P: El arte, tu motivo…
R: El arte es el espejo de lo que uno es. No podría ser otra persona que la que me tocó vivir. Hay una parte istmeña de vivencia y otra de la circunstancia: Haber migrado. Mi trabajo intenta crear un punto de encuentro entre los mundos que me ha tocado vivir. Todo ese imaginario está en mi trabajo, no solo como persona sino como una mecánica que me posibilita lo visual. Mi trabajo incorpora el imaginario de mi niñez que tiene que ver con las tradiciones, la cultura, los mitos, las leyendas, los ritos, pero también con otra parte que guarda  relación con una cultura global, trato de hablar del mestizaje desde una visión contemporánea. El mestizaje para mí, aunque no hubiera salido de Juchitán, se da porque confronto otro tipo de realidades. Con mestizo no me refiero a una mezcla de diferentes lugares, la idea de que todos venimos de una parte española por ejemplo, sino también como una forma de pensamiento. Me considero un mestizo contemporáneo. Soy un anfibio que puede navegar en diferentes mundos. A mí esos mundos no me representan cuestiones ajenas. En mi trabajo me interesa tratar los choques y relaciones culturales. A mí me tocó vivirlo de manera personal e intento hacer un comentario reflexivo sobre eso: Cómo una persona que crece en un pueblo y va a otro lugar incorpora elementos culturales en medio de las circunstancias sociales. Cómo los desplazamientos modifican tu entorno y entonces te modifican a ti.
A Juchitán lo resignifico cotidianamente, no solo es la pertenencia sino lo que la vida te da como conocimiento. Cómo repiensas tus orígenes. Vengo de una familia comerciante, cuando crecí allá mi abuelo tenía la tienda que estaba debajo del palacio municipal. Era una tienda muy importante, de esas tiendas de pueblo que vendían de todo, en un centro comercial fuerte como es Juchitán. Toda la movilidad que da el comercio me marcó desde niño. Cómo te enfrentas a una comunidad zapoteca y a las culturas del Istmo, por ejemplo no son lo mismo los huaves que los zapotecos. Me enfrenté a una multiculturalidad totalmente abierta. Así entendí a Juchitán como el centro de una dinámica distinta. En la tienda donde crecí surgieron muchas imágenes que yo consumía, desde las portadas de los cuadernos, las imágenes de productos como la cal, yo me acuerdo de las etiquetas de otras culturas como aztecas. Los viajeros cuando llegaban a vender sus productos enseñaban unos manuales con gráficos. Ese imaginario lo he incorporado a mi trabajo. En ese entonces fue la primera vez que tuve una experiencia cultural fuera de lo propio con la Casa de la Cultura de Juchitán, cuando en los setenta regresa Toledo de su gran estancia en Francia y coincide con el movimiento de la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo de Tehuantepec (COCEI).
P: ¿Cómo fue tu aprendizaje?
R: El gran logro de ese tiempo fue la fundación de la casa. Fue dotarla de una generación de juchitecos como Víctor de la Cruz y Macario Matus, que se habían preparado fuera. Todo lo que el maestro Toledo detonó ahí que es el principio de lo que después hizo en la ciudad de Oaxaca. Creó estrategias editoriales, junto con el Ayuntamiento Popular publicó los primeros libros para el pueblo, así llegó a mis manos el cuento de “El conejo y el coyote”. Fue toda una revolución cultural. Yo pertenezco a una generación que abrevó en esos ejemplos. Pude tener una aproximación distinta a la vida que yo tenía. Siempre dibujé como todos los niños. En la prepa me di cuenta que era lo único que me entusiasmaba y la respuesta que necesitaba, es decir, lo que me motivaba para seguir viviendo. En el DF estudié en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, soy egresado de la carrera de Artes Visuales. Por entonces Oaxaca empezaba a detonarse culturalmente. Esa generación que entrecomillas se llama “escuela oaxaqueña de pintura”. Antes de entrar a la escuela tuve la oportunidad de conocer al maestro Toledo y platicar con él. La única referencia era él. Me tocó verlo trabajar, lo recuerdo toda una mañana sin hablar.
En el Pochote él hizo un jardín llamado “de las Delicias”, y ahí lo veía trabajar. No había mucho movimiento artístico, el círculo era cerrado. Cada vez que podía me iba a Oaxaca. Empezó una vida paralela con esta ciudad. Tuve mi primera exhibición. Empecé a trabajar con Galería Quetzalli. Cuando acabé la escuela de artes, me recibí, y fíjate que después de que acabé en la ENAP en 95, me recibí de la carrera, y tuve la oportunidad de hacerme una vida de docente,pero yo decidí meterme a mi taller a trabajar.  Me fui a París tres años. Y cuando volví a Oaxaca el mercado del arte decayó. La historia había empezado con Toledo, luego la generación de Sergio Hernández y de ahí sigue la mía, que es la tercera generación, bien bisagra. Empezamos a buscar una voz propia. Mecanismos y estrategias diferentes de ver aunque abrevamos de los mismos orígenes. Ya no somos nada jóvenes pero seguimos siendo la tercera (risas).
Demián Flores por bruno Torres

P: La pintura es un exilio del mundo común.
R: No sé si sea esa la palabra, pero sí es, citando a Octavio Paz que se refirió así a la poesía: El mecanismo que te posibilita ver el otro lado de la realidad. El arte te abre la mirada para enfrentarte a la vida de otra manera. Había un artista conceptual que decía que lo bello del arte es que hace que la vida sea más bella que el arte. Posibilita la transformación. El arte no da respuestas sino que hace preguntas como la filosofía. Los mecanismos del arte son muy amplios, dentro de ese gran contenedor hay artistas con un lado más expresivo. En mi caso, el arte es conocimiento e implica un lado plástico visual y uno conceptual. Mis trabajos intentan ser un comentario ante la realidad y usar las formas propias de los medios visuales para ser significantes.
P: En el texto curatorial de “Luces en el Espejo”, partes de dos espacios geográficamente lejanos, Juchitán y Filipinas, y los relacionas con un símbolo: El traje de luces del torero. ¿Cómo concilias esas lejanías para crear una idea original sobre el mestizaje?
R: El arte te lo permite. No se rige de lo real solamente. En términos literarios hay estrategias como la metáfora. Me interesa partir siempre de pequeños gestos para llevar las reflexiones por hilos conductores que permitan que si algo se detiene en tu memoria tenga otros referentes. Busco detonadores que me permitan crear visualmente. La última exposición tiene que ver con una vivencia que rasco e intento encontrar la respuesta del porqué.
Mi abuela casi no habló español, siempre anduvo en enagua, con trenza y descalza, siempre ha sido una imagen muy importante para mí porque puedo hablar de este mestizaje en primera persona. Tengo un referente directo de la cultura istmeña. Creo que la imagen de los toreros con el vestir de mi abuela y de mis tías fue un punto de choque. Ese punto de choque de contrarios siempre me ha interesado: Buscar puntos fronterizos donde lo impuro, lo trastocado, se antepone como verdad. Cuando de niño veía esa realidad, yo totalmente descontextualizado, algo me hacía ligar los toreros a otras vivencias. Rascándole me doy cuenta que hay una historia y líneas que la envuelven y responde a algo que yo viví. Mis proyectos no son nada complejos pero contienen una parte dedicada a crear en un plano de investigación. No me dedico a escribir pero lo hago, son textos para mí. En este caso, decidí publicarlo porque normalmente si le pidiera a una persona que escribiera sobre lo que había hecho, esa persona se hubiera ido por la corrida de los toros. Y en realidad la exposición no tiene nada que ver con eso. No tiene que ver con la fiesta brava, sino con el traje de luces detenido en una atmósfera, y con la relación que encuentro entre los toreros y la mujer istmeña, buscando esa otredad, desde el uso del capote con las mujeres bailando y moviendo sus faldas en las fiestas y el momento cuando entra el torero a la plaza. Hay una similitud bien interesante, que era lo que me interesaba reflejar.
P: Tu obra invita más a ser comprendida que solo admirada.
R: Exactamente, y que el espectador se enfrente a ella en una lectura abierta que le genere algo. En principio, la obra es un medio de comunicación, que necesita del espectador para cerrar un ciclo. Él tiene su propia lectura. Pinto para mí mismo, pero intento tener un diálogo con la gente si se puede. Yo no creo que el arte cambie a nadie, pero sí tiene esa posibilidad. Una pieza puede hacer que un individuo encuentre una relación o propicie una reflexión. Uno busca este fin en uno mismo, y espera que las personas también lo encuentren. Regresando a mi infancia en Juchitán, a mí el arte me cambió la vida. Si yo te hablo en primera persona como individuo, sí creo que el arte pueda transformar a alguien no solo con una pintura o un dibujo, sino como estructura cultural. De ahí que soy un artista multidisciplinario, no solo encuentro una relación con espacios plásticos, sino también hay mecanismos como la Curtiduría que permiten una proximidad a lo social. Antes que un centro cultural, para mí es una extensión de mi trabajo. La Curtiduría como el arte es un espacio de honestidad. No es un espacio fundamentado en cuestiones políticas, pero articula planteamientos del conocimiento desde las artes que se relacionan con el entorno y la vida. Muchos de los jóvenes son críticos no solo de los sistemas políticos, sino de la realidad. Se plantea entender al arte desde el conocimiento y su relación con el contexto. Cumplimos en septiembre nueve años.
 P: El arte es subversivo.
R: Puede serlo aunque no creo que sea su finalidad. Yo lo que hago es poner la memoria colectiva que existe sobre un espacio que permita al espectador despertarle la consciencia que compartimos, y al encontrar un vínculo que pueda reconocerse lo abra hacia algo.
P: Macario Matus decía que en Juchitán era muy probable que al levantar una piedra uno se encontrara a un artista. ¿Qué significa tener un nombre en la esfera del arte en Oaxaca y a nivel internacional?
R: Es muy relativo eso. El arte es muy amplio. Ahora me siento en una madurez profesional buena, apenas encuentro muchas cosas. Lo que sí es que te permite tener una vida mucho más amplia, que te inviten internacionalmente. Soy artista de México para la bienal de La Habana adonde viajaré en mayo próximo. Te permite abrir las miradas hacia afuera, cosa que a veces no piensas. Pero de verdad, lo de tener un nombre no me interesa tanto.
P: ¿Qué te mueve más del Istmo? ¿Qué encontraría cualquier visitante que es distinto a cualquier otra parte del mundo?
R: Su cultura. Yo siempre he dicho que lo más importante de Juchitán es su gente, gente que lleva sobre sus hombros esa cultura. Todos dicen que somos bien… (risas). No quiero pecar de orgulloso. Pero Juchitán sí es un lugar bien interesante que ha logrado mantener sus tradiciones con arraigo. Ha estado ligado a la historia de este país, desde la participación de los juchitecos en las diferentes revoluciones hasta ser el primer pueblo donde se pusieron sobre la mesa todas las problemáticas indígenas con el movimiento de la COCEI. Pero lo más bonito es su gente, que camina con esa cultura. Es lo mejor que hay.
P: ¿Qué significa Oaxaca para ti?
R: Híjole, yo creo que es mi vida. Y Juchitán es el motor de mi trabajo, todo lo que hago parte de ahí, solamente que los mecanismos de cómo lo transfiero son distintos, pero las temáticas son las mismas que ha pintado cualquier juchiteco. Toledo declaró alguna vez: Oaxaca soy yo. Y no se refería a que Oaxaca estaba representado en él, sino a que Oaxaca lo lleva a él. Y yo coincido con eso. Ahora radico más en la ciudad de México, pero no necesito estar allá para ser oaxaqueño, porque eso lo trae uno consigo. A Oaxaca lo vivimos y lo mamamos. Juchitán, además, es un sinónimo de vida. Si yo no fuera juchiteco, sería otra persona.
*Publicado Originalmente en la Gaceta, el 7 de abril de 2015. Representación del Gobierno de Oaxaca en el Distrito Federal.

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La ‘flotabilidad’ de la pintura

Perico Pastor vuelve a la sala Parés y reivindica el valor de la obra hecha a conciencia


'Ahora mismo', es una de las obras de la exposición en la sala Parés
'Ahora mismo', es una de las obras de gran formato de la exposición en la sala Parés.


Como muchos jóvenes que querían cursar estudios de Bellas Artes,Perico Pastor acudió a la prueba de acceso. Corrían los primeros años setenta y Pastor —después de empezar y abandonar primero Arquitectura y luego Exactas— pensó que ya que el dibujo y la pintura para él eran como su segunda piel, los estudios que “tocaban” eran los de Bellas Artes. “Me equivoqué completamente y me di cuenta enseguida. Teníamos que dibujar al carboncillo una escultura ¡en una semana! y yo la dibujé a lápiz mientras los demás ponían marcas. Al día siguiente, ellos continuaban con las marcas y yo no sabía qué hacer porque para mí ya estaba. Naturalmente no pasé la prueba”, explica entre risas el ilustrador y pintor que en aquel momento decidió hacer exactamente lo que le gustaba: ilustrar. Por eso fue a Nueva York para formarse. Estuvo 12 años, ilustró muchas páginas del New York Times y fue en esa ciudad donde montó su primera muestra: “Fue en 1980 en el café Cornelia”. Al año siguiente, en 1981, Pastor mostró su trabajo en Barcelona en un manicomio después de observar el día a día de sus habitantes: “Aunque se le llamaba casa de reposo y estaba en una gran torre de Pedralbes”, precisa.
Desde entonces Pastor ha combinado la faceta de ilustrador y pintor que para él son una pareja de hecho a lo largo de su vida. 40 años de ilustraciones reconocibles de un vistazo, especialmente para los que han sido lectores de este rotativo, de La Vanguardia y de El Periódico de Catalunya. O para los que tienen algún ejemplar de la edición especial ilustrada de La Biblia, que hizo la Enciclopedia Catalana hace siete años. Tampoco ha dejado de pintar y exponer durante décadas. La galería Parés de Barcelona es una de sus salas habituales. Y ahora ha vuelto a ella con 40 obras, en las que una vez más combina pequeños formatos y grandes en los que ha trabajo a lo largo del último año.
A Pastor le gusta pensar detenidamente qué quiere exponer e imaginarse el espacio. Solo entrar en la diáfana sala de la galería de la calle de Petritxol, llama la atención una de sus obras de gran formato de dos por dos metros en dos lienzos horizontales separados.Ahora mismo, título de la obra, es un hombre sumergido en el azul mar con la cabeza y los pies fuera. Flotando. “Soy yo y estoy flotando, como pensando si me voy a hundir o no”, apunta. Un concepto de flotabilidad que él explica a su manera: “el día que coja el pincel y me pregunte ¿y esto qué es? sabré que lo tengo que dejar. Es una flotabilidad que se pregunta por el sentido de lo que haces, en mi caso la pintura. ¿Flotará o no flotará? Es decir, ¿permanecerá o no?” Inmediatamente después, Pastor aclara que hoy por hoy sigue motivado y que cada día se levanta con ganas de pintar y dibujar. Lo que no se atreve a predecir es hasta cuándo.
Se acuerda de sus primeras exposiciones, como una en Lleida en 1982 en el que su obra más cara costaba 1.500 pesetas. Optimista por naturaleza, no se rinde al delicado momento de los artistas y el mercado del arte: “es verdad que hace 20 ó 30 años cuando exponías en una sala había más repercusión que ahora y vendías más pero sigo pensando que el trabajo bien hecho, al que te has dedicado, sigue siendo apreciado por alguien”. Y por ese mismo motivo, como una reivindicación de la obra hecha a conciencia, no accede a rebajar sus tarifas que en esta exposición van desde los 140 a los 14.000 euros.

Un pincel dispuesto a (casi) todo

Grandes murales, libros, iglesias —como la de Sant Just i Pastor— hasta toldos de grandes dimensiones —como el que tapó el hotel Melià de la avenida de Sarrià —ha pintado Perico Pastor que no duda en aceptar los encargos si le parecen interesantes. Aunque se hagan a contrarreloj. Como ilustrador de páginas de periódicos conoce bien las prisas, como cuando EL PAÍS le encargó la ilustración de un diccionario de términos olímpicos en la Barcelona de 1992.
Pastor vuelve a las cosas que le rodean —otro de los grandes cuadros es su dormitorio— una nevada que le sorprendió el año pasado en Estados Unidos, y que le gustan, como su pasión por el remo. Hay mujeres desnudas en sus reconocibles tonos rojos y negros  pero, probablemente, los colores más relajados, especialmente el azul, se imponen más en esta muestra que se podrá ver hasta el 12 de enero. “Se podría decir que es una selección de obra más silenciosa”, resume.
Grandes y medianos formatos separados por una serie de ojos —un tema recurrente en Pastor— que escudriñan al visitante de la galería. Y unos melancólicos retratos con el nombre de Perdidos que son los rostros captados por el pintor de personas que suelen vagar por los bancos de los alrededores de la Estación del Norte.

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'Perdido', otro de los cuadros de la exposición de Perico Pastor.

La otra vanguardia estadounidense





Quizás si su destino no le hubiera llevado a París, el trabajo deEllsworth Kelly hubiera sido muy distinto. Sin embargo, en 1948 se instalaba en la capital francesa, triste y gris en los años de posguerra —él mismo lo comentaba en una entrevista a mediados de los 90 del pasado siglo XX— y aprendía la soledad, la lección de estar a menudo en silencio —no hablaba francés.
Y aprendía de los grandes maestros, no sólo del Pablo Picasso que seguía arrasando en la ciudad, sino de Constantin Brancusi y su simplificación de las formas; de Jean Arp y ese juego del azar en las formas rotas que quizás Arp había aprendido a su vez de la esposa, Sophie Taeuber-Arp, fallecida en 1943. Por ese juego de despojamientos —y por su amistad con Alexander Calder— el estilo de Kelly se alejaba de Picasso y entraba de lleno en una abstracción que tenía mucho de concretismo.
Componer imágenes rebeldes, las que hablaban de un mundo de subversiones —del marco también—; modos nuevos de mirar para una entera generación que había dejado las viejas actitudes de la Escuela de Nueva y su pintura de pasión, casi violencia. Frente a las pasiones, la precisión de Ellsworth Kelly, la delicadeza de formas y colores que se escapan de la superficie del lienzo y corren hacia otras dimensiones. Modos de subvertir que John Cage —y su silencio como una forma de música— o Merce Cunningham —cuya danza trataba de liberarse de las reglas— cultivaban por esos mismos años, cuando de paso por París, coincidían con Kelly.
Porque Kelly representa sobre todo esa otra vanguardia no figurativa estadounidense, hasta cierto punto tras la estela más europea de Josef Albers, muy relacionado con la Bauhaus, y cuya influencia en la generación que fue encontrando su lugar después del auge de la Escuela de Nueva York es innegable.
De hecho, es posible que sólo una revisión de la escena artística del Nueva York de los años cincuenta y sesenta del siglo XX haya colocado a Kelly en el lugar que merece: uno de los grandes pintores norteamericanos, capaz de combinar ese juego geométrico de Sophie Taeuber con su sagaz fascinación por la vida cotidiana.
Quién sabe si ese olvido —como tantos otros de la escena neoyorquina de aquellos momentos— se podía deber también a algunas de las apreciaciones del gran y poderoso critico Clement Greenberg, quien en 1960 escribía: “Yo mismo admiro, o por lo menos me gusta, el trabajo de Raymond Parker, Ellsworth Kelly (…) y Jasper Johns, pero me parece demasiado fácil que gusten. No retan ni expanden el gusto”. Claro que en 1960 las cosas habían cambiado por completo y el tiempo de Greenberg y la Escuela de Nueva York estaba a punto de clausurarse. En esa nueva época se coloca Ellsworth Kelly.

Fallece Montserrat Gudiol, pintora melancólica y reflexiva

La artista, que tuvo una etapa surrealista, creó un estilo propio

Montserrat Gudiol en enero de 1981, cuando ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi.


Ha muerto Montserrat Gudiol, tan silenciosamente como vivió. En sus últimos años, tras una época de merma de su creatividad, ya no trabajaba, y había perdido la memoria, por lo que su ausencia ha sido una fatalidad tristemente prevista.
Nació en Barcelona en 1933, y su padre Josep Gudiol Ricart, uno de los historiadores del arte catalán internacionalmente reconocido, fue para ella un estímulo porque le mostró la “cocina” de las tablas góticas que estudiaba abriéndole así una “gramática” pictórica que ella forjó a su medida. Pasó también por el taller de Ramon Rogent que no solo fue uno de los pintores más destacados de la postguerra sino también un maestro venerado de jóvenes artistas.
Algo más joven que los pintores del Dau al Set, que ella conocía de cerca por la fuerte relación que su padre tenía con ellos, Montserrat Gudiol artísticamente hablando fue siempre una individualista. Si bien en sus inicios pasó por una etapa surrealista —tras una primera exposición de retratos en Ripoll (1950)—, que prácticamente sólo conocían los que habían estado en su casa, en seguida creó un estilo propio centrado en un tipo de figura humana, sobria y severa, melancólica y reflexiva, que suele emerger con gran delicadeza de unos amplios fondos a menudo casi monocromos en los que las texturas han sido matizadamente trabajadas, con suavidad y como inacabadas, sin caer nunca en el ilusionismo.
En su obra hay siempre un eco de los primitivos italianos, pero desprovisto de detalles y de anécdota, reelaborado por la acusada personalidad de la autora, que consiguió que sus creaciones fueran siempre del todo reconocibles aún sin saberse la identidad del autor. Esto le dio un gran renombre, que se canalizó a través de la galería que la representó muchos años, la prestigiosa Sala Gaspar de Barcelona. Expuso mucho en el extranjero: Miami (1954), Johannesburgo (1964 y 1967), Nueva York (1964-66), San Francisco (1967 y 1984), Tokio (1974), Moscú (1979), Colonia (1981 y 1988), Los Ángeles (1982), París (1995) y Hong Kong (1995).
Fue una gran dibujante, de trazo finísimo, lo que le valió el premio Ynglada-Guillot de 1960, y ocasionalmente también cultivó el cartelismo, esforzándose en no reciclar elementos de su pintura sino idear imágenes conceptuales que ilustraran más adecuadamente el tema anunciado, como la rueda de bicicleta que entra en un círculo blanco sobre fondo rojo del cartel de la 68ª Volta Ciclista a Catalunya, de 1988.
'Captaire agenollat', una de las obras de Montserrat Gudiol.
Buena retratista, al ser elegida miembro numerario en la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi (1980), en lugar de pronunciar el obligado discurso de ingreso —algo que a ella le aterrorizaba—, pintó el retrato —magnífico y ascético— del escultor Frederic Marès, entonces presidente de la entidad. También retrató con su peculiar estilo a Ernest Lluch cuando dejó el ministerio de Sanidad en 1986.
Pese a no ser una artista politizada, en su obra también hay testimonios de la dura problemática de su tiempo, como en la serie de dibujosRepressió del 1973, en uno de los cuales el rostro de Franco preside la escena, amenazante.
Tuvo que cargar con su independencia estética y su distancia de la vanguardia oficial, mientras la tristeza que rebosan sus obras era menospreciada por los que creían que era fruto de un peculiar manierismo y no una emanación sincera de un estado de ánimo real. Distinguida con la Creu de Sant Jordi en 1998, fue siempre auténtica en su obra y en su vida, y el gran éxito profesional no le hizo perder nunca un carácter humano profundamente humilde que contrastaba con una belleza personal espectacular.
Francesc Fontbona es miembro numerario de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi.

Muere Ellsworth Kelly, reinventor de formas y colores

El artista, que tenía 92 años, alejó su abstracción del expresionismo


El artista Ellsworth Kelly, en su estudio de Nueva York, en 1968. / JACK MICHELL (GETTY IMAGES)

Conocido como el gran maestro del movimiento Hard Edge (pintura abstracta con contornos bien definidos), el artista Ellsworth Ellismurió el pasado domingo en su casa de Spencertown, en el Estado de Nueva York, a los 92 años, según confirmó su galerista Matthew Marks. Considerado uno de los artistas más influyentes en el arte abstracto del siglo XX y codiciado por los coleccionistas, sus obras, sin embargo, no han protagonizado demasiadas exposiciones en todo el mundo, a diferencia de otros grandes artistas estadounidenses de la misma centuria, si bien los principales museos de arte contemporáneo cuentan con ellas entre sus fondos.
Sus influencias eran muy eclécticas: desde el vuelo de las aves hasta sus trabajos como diseñador de camuflajes para el ejército estadounidense o sus creaciones de dibujos automáticos para los surrealistas.
Expulsado del ejército estadounidense al final de la II Guerra Mundial, se inscribió en la Escuela de Artes Plásticas de Boston en 1945, pero pronto retornó a París, ciudad donde había luchado como soldado y donde se había deslumbrado con las telas de los impresionistas, y con los trabajos de Pablo PicassoConstantin Brancusi, Jean Arp y Alexander Calder.
Entregado a la abstracción y a la experimentación con el color, se movió fuera del gran peso que por entonces tenían los expresionistas abstractos norteamericanos. Lo suyo eran más juegos de formas geométricas en torno al color tomados de lo que veía ante sus ojos; las combinaciones de luces sobre el Sena, la configuración de las calles o las composiciones de las tuberías de agua en las fachadas de los edificios.
En 1996 declaró al New York Times que por entonces se había dado cuenta de que no quería componer imágenes, sino encontrarlas. “Sentía que mi visión elegía aquello que debía mostrar. Para mí, la investigación de la percepción era lo más importante. Había mucho que ver y todo me parecía fantástico”. Esa observación de lo que tenía ante su vista le llevó a crear sus primeros paneles cargados de color y unidos al azar con los que sorprendió al mundo artístico gracias a una peculiar visión de la abstracción en la que cultura y escultura eran concebidas de manera complementaria.
En 1951, protagonizó una gran exposición individual en París. La respuesta fue escasa y fue excluido de varias exposiciones colectivas. El fracaso coincidió con el final del dinero que todavía percibía como excombatiente, de manera que decidió retornar a Nueva York e instalarse en un estudio junto a Robert Indiana, Lenore Tawney,James Rosenquist y Agnes Martin.

Escasa fortuna

Su escasa fortuna terminó cuando fue descubierto por la poderosa galerista Betty Parsons, quien, ya en 1956, expuso su obra y consiguió que la crítica especializada se fijara en él. Por entonces ya era uno de los miembros más destacados del Hard Edge. A la vez, logró su primer encargo: un mural para el vestíbulo de la estación pública de transportes en Filadelfia titulado sencillamente Mural para una gran pared. Un año después, el Whitney Museum adquirió la pintura Atlantic y el MoMA le incluyó en la exposición 16 americanos, una especie de certificado de grandeza para los muchos artistas emergentes que en esa década trabajaban en Nueva York y entre los que se encontraban Rauschenberg, Stella o Nevelson.
En los años 60, su carrera estaba ya consolidada. Los grandes museos de arte contemporáneo de todo el mundo incluyeron su obra en sus fondos permanentes y la crítica le reconoció como uno de los grandes. En 1966 representó a los Estados Unidos en la Bienal de Venecia y dos años después, participó en la Documenta de Kassel. Sin embargo, las exposiciones antológicas no fueron muy numerosas, uno de los motivos por los cuales no están conocido. El MoMA le dedicó una retrospectiva en 1973 y el Guggenheim en 1996. En Europa, el mayor reconocimiento lo tuvo en 1979 en el Rijksmuseum de Amsterdam.

Una trayectoria de París a Nueva York

Nacido en 1923 en Newburgh, Nueva York, Ellsworth Kelly fue un escultor y pintor abstracto célebre sobre todo por sus experimentaciones cromáticas.
Conoció París como soldado en la Segunda Guerra Mundial y le deslumbraron los trabajos de Picasso, Brancusi o Arp.
Se instaló en la capital francesa en 1948, y fue objeto de una exposición individual que fue un fracaso.
Volvió a Nueva York y compartió estudio con a Robert Indiana, Lenore Tawney, James Rosenquist y Agnes Martin.
A partir de 1956 su obra empieza a reconocerse y a entrar en los mejores museos contemporáneos.

México DF, capital gastronómica

No estoy contando nada nuevo; hace años que la cocina mexicana avanza al menos tres pasos por delante de la competencia


l chef Enrique Olvera en su restaurante Pujol, en el DF. / SAÚL RUIZ

Llego a México DF dispuesto a pasar cuatro días comiendo y los dedos se me hacen huéspedes; necesitaría siete sesiones por jornada para cubrir lo imprescindible. Estoy en una ciudad que respira la cocina en cada esquina, casi a cada paso. No tengo la menor duda: Ciudad de México es la capital gastronómica de América Latina, el lugar en el que todas las cocinas se dan la mano. Ninguna otra ciudad de Latinoamérica puede competir con ella. Tampoco estoy contando nada nuevo; hace años que la cocina mexicana avanza al menos tres pasos por delante de la competencia.

Como en cualquier otra ciudad, en DF la cocina se reparte por estratos
Como en cualquier otra ciudad, en DF la cocina se reparte por estratos. La otra diferencia es que aquí se muestra con fuerza a todos los niveles. Primero la cocina popular, tejiendo una trama que cubre calles, avenidas, plazas, cruces y esquinas. Cualquier cosa que se pueda comer de pie y unas cuantas de las que solemos comer sentados tienen un espacio reservado y un cliente esperando. Después llegan los comedores tradicionales y finalmente las familias medias y altas de las nuevas formas culinarias.
La de Merotoro (Ámsterdam 204, Hipódromo Condesa) es una de ellas. Jair Téllez entiende la cocina como la consecuencia de un compromiso con el producto, las raíces y la propia cocina. No hay lugar para artificios y efectismos en su carta, heredera directa del trabajo que hace en Laja, su primer restaurante en Baja California. En Merotoro parte, precisamente, del recetario de Ensenada para ofrecer una propuesta sólida, cercana y de nuestro tiempo. No suele fallar.

Las cocinas más avanzadas están en manos de los jóvenes
La colonia Roma reclama atención en un medio que pone el confort y la cercanía por delante de la sofisticación extrema de la alta cocina. Es como si buscaran la diferencia recreándose en lo de siempre, que puede ser, si te adentras en el Mercado Roma (Querétaro 225), el taco de chamorro con chicharrón prensado y el refinado pozolé de Zahie Pérez, en el José Guadalupe. O Cocina Conchita (Álvaro Obregón 154), la nueva propuesta de Diego Hernández Baquedano, desdoblado entre su Corazón de Tierra, en Ensenada, y este local casual de la colonia Roma, en el que prima la relación con el producto. Merece la pena. Muy cerca está Máximo Bistrot (Tonala 133), otra de las novedades del año, aunque encuentro pocos argumentos culinarios para justificar el éxito que vive: vuelta a la vieja cocina francesa, problemas técnicos y conceptos poco afinados.
Las cocinas más avanzadas están en manos de los jóvenes. Como corresponde. Es un terreno en el que los nombres se amontonan. Jorge Vallejo y su Quintonil (Newton 55, Polanco), ocupa el lugar más destacado del escalafón, con una cocina que en su último menú aparece bañada en verde: protagonismo vegetal, papel secundario de carnes y pescados, elegancia y sutileza. En la línea de lo que se lleva por las cocinas más nombradas del continente. En Toluca, a menos de una hora de DF, encontré la buena mano y las ideas, aún por culminar, de Pablo Salas en la cocina de Amaranta (Francisco Murguía 402).

Jair Téllez entiende la cocina como la consecuencia de un compromiso con el producto, las raíces y la propia cocina
Edgar Núñez es el cocinero del momento. Todos hablan de su trabajo en Sud 777 (Bouleverd La Luz 777, Jardines del Pedregal), convertido en el comedor de moda en la ciudad. La sorpresa está tanto en la cocina como en el espacio donde se ofrece (combina tres restaurantes y un bar de copas). Un lugar poco ortodoxo para un trabajo que merece atención: expresivo, a veces racial, asume riesgos y se aleja del efectismo. Edgar Núñez es, cuanto menos, un cocinero diferente. Poco afecto a las convenciones al uso, renuncia a los menús interminables y el boato en el servicio, se aleja de la epidemia de los maridajes… Sólo por eso merece llegar lejos. Veo un cocinero con mucho futuro.
Pujol, el restaurante insignia de Enrique Olvera (Francisco Petrarca 254, Polanco) sigue dominando el escalafón, marcando distancias con las nuevas generaciones. Cambia la espontaneidad por madurez y recorrido. También solidez. En alguno de sus platos hay más cocina de la que ofrece la carta completa de muchos restaurantes, lo que implica valentía y decisión para enfrentarse a la moda de lo vacuo. No es fashion y seguramente será castigado por los bloggers y los foodies. Seguro. Yo lo disfruté.

Inspírate en otros países y celebra un fin de año diferente



Inspírate en otros países y celebra un fin de año diferente

Posted: 28 Dec 2015 11:30 PM PST

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Alrededor del mundo las tradiciones varían. Durante el fin de año hay costumbres raras o divertidas que llaman la atención y que algunos países repiten anualmente para ponerle un toque divertido a sus fiestas. Hoy queremos compartir contigo algunos de estos lugares. ¿Qué te parecen?

Sao Paulo

Sao Paulo es el lugar ideal para todos los que quieran disfrutar de las fiestas, no solo durante el carnaval sino también en fin de año, en esta fiesta en particular una de las tradiciones más peculiares es llevar ropa interior de colores llamativos para atraer a la buena suerte en el año nuevo.

Copenhague

Los daneses acostumbran destrozar la vajilla y saltar de las sillas, son 2 de las tradiciones en las que se puede participar si se planea un viaje de Año Nuevo a Copenhague. Los lugareños se suben a las sillas y saltan de ellas al unísono cuando suenan las campanadas de la medianoche. Se supone que esta costumbre sirve para espantar a los malos espíritus. Hacer añicos platos, tazas y otros utensilios de cocina antiguos sirve para atraer la buena suerte

Nueva York

Empieza el Año Nuevo con un chapuzón, la tradición de lanzarse a las aguas gélidas se practica en lugares como Barcelona, Edimburgo y Nueva York, donde los miembros del Club Polar Bear de Brooklyn se zambullen en las aguas del Atlántico en Coney Island para lograr una sensación de renovación refrescante.

Tokio

Los japoneses son conocidos a nivel mundial por su excentricidad y el Fin de Año no es la excepción. Para el año nuevo, a lo largo de la tarde y la noche un elevado porcentaje de la población mira un programa de televisión en el que los invitados famosos se baten en duelos musicales. A medianoche es la hora de sorber fideos extra largos, que simbolizan la longevidad, mientras las campanas de los templos suenan 108 veces en la distancia, cada campanada equivale a los valores negativos que acarreamos los humanos y con éstas se olvidan.

Tallin

Si tu manera favorita de celebrar cualquier cosa es comiendo entonces tienes que probar Tallin. En la noche del Fin de Año se disparan fuegos artificiales pero esta no es la verdadera costumbre de los habitantes de Estonia. Según la tradición hay que comer 7 veces en Fin de Año. Cada comida te dará fuerzas renovadas para empezar el Año Nuevo.

Plymouth (Wisconsin)

La pequeña ciudad del medio oeste Americano de Plymouth, en Wisconsin, es el destino de año nuevo para los amantes del queso. Cada Fin de Año se organiza el Big Cheese Drop para celebrar la industria láctea local. Un artista de la zona elabora un trozo de queso de 36 kilos de espuma de poliestireno que luego es lanzado desde una altura de 30 metros al sonar las campanadas de la medianoche.

Chile

Los chilenos también tienen tradiciones peculiares en año nuevo. Una de estas es quemar muñecos de cartón o madera para purificar y eliminar los errores, dolencias y tristezas y de este modo iniciar el año nuevo con mejor disposición.

Venezuela

Los venezolanos tienen la costumbre de reunirse en casa con sus amigos y familiares antes de la cena de navidad y de año nuevo para preparar hallacas, las cuales consisten en una torta o bollo con condimentos rellena de un guiso único. Finalmente las hallacas elaboradas se obsequian a los amigos durante la despedida del año viejo para asegurar una larga amistad y desear buena suerte.
Y si sigues apostando por una celebración más tradicional, aquí nuestras propuestas de cava para brindar:

 TAGS:Juvé y Camps Reserva de la FamiliaJuvé y Camps Reserva de la Familia

Juvé y Camps Reserva de la Familia: un vino espumoso de la DO Cava está elaborado con xarel·lo y parellada y posee un grado alcohólico de 12º.
 
 

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Recaredo Terrers Brut Nature Gran Reserva 2008: un vino espumoso con un coupage a base de xarel·lo y parellada de 2008 y 12º de graduación alcohólica. 
 
 
*Imagen: Wilfredo Rodríguez (flickr)
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El vino tinto pasará a llamarse vino rojo a partir de 2017

Posted: 27 Dec 2015 11:21 PM PST

 TAGS:undefinedTras muchos años de discusión sobre si el vino tinto debía llamarse 'vino tinto' o, siguiendo el ejemplo de nuestros vecinos europeos como Francia, Reino Unido, Italia, etc., cambiar la nomenclatura a 'vino rojo', el Organismo de España para la Regulación del Vino (OEPRV) ha votado en asamblea interna que el vino tinto pasará a llamarse vino rojo.
Según fuentes internas al organismo, la decisión a favor del sí ha sido muy ajustada (solo 10 votos más que la opción que defendía seguir llamando al vino tinto 'vino tinto'), pero finalmente se han impuesto los partidarios a favor del cambio.
A propósito de la decisión, Juan Nivo, portavoz adjunto de la sección 3 de la Dirección de la Corrección de la Jerga y Dicción Vinícola (DCJDV) del OEPRV, afirma que "desde hace años nuestros vecinos franceses e italianos nos han mirado por encima del hombro por el hecho de llamar al vino tinto 'vino tinto' y no 'vino rojo', pero esos tiempos ya han pasado. A partir de 2017 estaremos a la misma altura que estos países en cuanto a nomenclatura del vino se refiere, y ya no seremos más el hazmerreír". 
A pesar de que el uso de 'vino rojo' no está muy extendido aún entre la comunidad hispanohablante ni de Latinoamérica ni de España –por ejemplo, la búsqueda en google.es ofrece 1.620.000 resultados para 'vino tinto' frente a 406.000 resultados para 'vino rojo'–, desde la DCJDV del OEPRV defienden que 2016 será un año de transición y que "con la ayuda de la RAE, todo será mucho más fácil. Si desde la máxima institución de la lengua española del país decidieron adaptar el uso de 'güisqui' para 'whisky', no creemos que el cambio de 'vino rojo' por 'vino tinto' suponga un enorme sacrificio", según palabras de Nivo.
Sin embargo, algunos productores de vino ya se han alzado en contra de la decisión, argumentando el coste que tendrá dicho cambio. Entre quienes se oponen al nuevo uso está Serafín Casavín, un pequeño productor de Ribera del Duero que se queja de que no podrá afrontar el coste del rediseño de las etiquetas. Desde la DCJDV del OERPV habilitarán una línea de ayudas para facilitar al sector a asumir los costes de la reconversión, costes que, a pesar de todo "no serán tan elevados".
Desde la DCJDV del OEPRV no descartan para el futuro pasar a llamar al vino blanco 'vino transparente' ("¿acaso el vino blanco tiene el mismo color que la leche?", se pregunta Nivo) y al vino rosado 'vino ni chicha ni limoná'.  
*Fuente de la noticia: los Santos Inocentes. 
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