Al descubrir las fotografías de esta vivienda del madrileño barrio de Malasaña, no cabe la menor duda de que su dueño es un auténtico amante del cine. Guillermo Balmori ha creado un espacio a su medida en el que ha desarrollado su "pasión cinematográfica" reformando una vivienda antigua excesivamente compartimentada. Los espacios que resultan quedan completamente abiertos entre si y comunicados por las aperturas de la tabiquería de ladrillo recuperado y estructura de vigas de madera. Una estética muy personal y la atmósfera perfecta en una decoración ecléctica lleno de muebles clásicos, piezas vintage y diseños modernos.
La zona de estar-comedor se encuentran comunicadas entre sí y el punto focal es la televisión integrada en el mueble librería realizado a medida donde guarda toda su colección de películas clásicas de todos los tiempos. Me encanta el Chéster en contraste con la mesa Noguchi en la zona de salón con la foto de Ingrid Bergman presidiendo el espacio. Mucho encanto y estilo.
Durante la reforma del piso se dejan al descubierto alguno de los elementos constructivos como los techos de gran altura, los rosetones de las lámparas, el ladrillo visto y los cercos de madera, que le otorgan personalidad a la vivienda. Un guiño singular: la composición enmarcada de la pantalla de plasma y el teléfono de los años 50.
La zona de cocina es muy funcional y moderna con un office que se cierra con una puerta de hierro y vidrio. Me encanta el dormitorio en plan "focos y acción" con la pared de ladrillo de fondo.
¿Qué os parece esta vivienda?
La zona de estar-comedor se encuentran comunicadas entre sí y el punto focal es la televisión integrada en el mueble librería realizado a medida donde guarda toda su colección de películas clásicas de todos los tiempos. Me encanta el Chéster en contraste con la mesa Noguchi en la zona de salón con la foto de Ingrid Bergman presidiendo el espacio. Mucho encanto y estilo.
Durante la reforma del piso se dejan al descubierto alguno de los elementos constructivos como los techos de gran altura, los rosetones de las lámparas, el ladrillo visto y los cercos de madera, que le otorgan personalidad a la vivienda. Un guiño singular: la composición enmarcada de la pantalla de plasma y el teléfono de los años 50.
La zona de cocina es muy funcional y moderna con un office que se cierra con una puerta de hierro y vidrio. Me encanta el dormitorio en plan "focos y acción" con la pared de ladrillo de fondo.
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¡Feliz día a todos
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