Hla Cari!
Me gustó mucho lo que compartiste en tu último post. La verdad a veces no es tan fácil asumir cambios tan grandes y menos procesarlos de la manera más óptima porque en definitiva, ¿hay una forma correcta de que asumamos y nos comportemos ante las cosas que nos pasan por dentro? Creo que muchas de las recetas que se dan, son como las distancia: simples construcciones que al ser seres únicos, no aplican de la misma manera a todos.
Música para el post de hoy bien 90's como a vos te gusta:
Un poco todo tiene que ver con todo. Hace poco hablaba con otras personas sobre estas mismas construcciones que nos pone delante la vida y la sociedad, y más o menos que hace uno con eso. Se tocaron temas como el sexo, la fidelidad, la pareja, hijos y los ojos con los que miramos a todo lo que nos va sucediendo en nuestra existencia.
Un hombre, en sus 40 y pico, tenía una postura conservadora al respecto, y creía que lo mejor muchas veces es tomar una postura ante diversas eventualidades que se le presentan a uno en la vida, y decidir de ante mano, quien es el amor de su vida, y que haría ante el hecho de presentarse otras cosas en su vida con otras personas. Todo en potencial. Él no se permitiría abrir íntimamente con nadie más que con su actual pareja, porque decidió que nada lo puede afectar para modificar lo que piensa en ese aspecto.
Por el otro lado, había una mujer, de unos 30 y pico, que sorprendió a sus pares (a quienes conoce más que a mi) diciendo que tiene en su vida una postura seductora. Si bien tiene marido, tiene hijos, la casa y el perro, su visión era bastante interesante: salir a seducir a su vida y a todo lo que la rodea para lograr armonía y saber que cada oportunidad que tenga adelante, puede ser una nueva chance que le da la existencia de poder aprender más y ser feliz. No daba por sentado nada en ella. Tampoco que es una súper liberal en cuestiones de su vida privada.
Eso que ella contaba me pareció súper interesante, no solo por el contraste inmediato con lo que había ofrecido en su filosofía el hombre de 40 y pico, sino por la autenticidad en sí de saberse seductora, de asumirse como tal y de saber que ella puede tener el control de las cosas que se le van presentando.
Inmediatamente me llevó a pensar en eso, en lo sano que puede ser salir a seducir no a ella, no a él, sino a toda la vida que nos rodea. Muchas veces se relaciona seducción con sexo, pero ambos términos pueden vivir o juntos como se cree, o también independientes uno de otro. Al fin y al cabo, una persona que se arregla, resalta sus atributos físicos y mentales, lo hace para estar bien consigo misma porque le gusta verse como la imagen que tiene de sí en su cabeza, como le gustaría que el resto la vea. Y poder salir al mundo, a atraer todo lo bueno que nos tiene por ofrecer la vida, es algo que indefectiblemente va a traer buenas cosas. El riesgo de lo malo siempre está, hagamos o no hagamos nada. Lo importante es no reprimirse a uno con lo que le pasa o le pueda pasar, porque al final de cuentas creo que (parafraseando a Tomás Moro) "no hay que apurarse a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el final de todos los caminos". Mantener las opciones de uno abiertas, y luego ante el fenómeno tomar una conducta, es mejor que vivir preguntándose que cosas pueden pasar y que no, e ignorar el hecho de que no siempre dos más dos es cuatro.
Ella luego confesó haber sido una persona súper celosa e insegura, que trasladaba eso mismo a su vida de pareja. Que fue con terapia, y viviendo un poco más que se dio cuenta que las cadenas solo generan más ansias de libertad.
Me pregunto si el hombre de 40 y pico no habrá sido de más joven todo lo contrario a lo que es ahora. O si alguna vez puede serlo.
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