La historia de San Miguel Selecta: toda una vida de esfuerzo, recorriendo el mundo y dejándose llevar por sus inquietudes para lograr una cerveza única.
Para algunos la vida es un viaje, una aventura. Y si se tiene un carácter intrépido e inquieto el viaje en sí no es más que una superación constante de retos para lograr la satisfacción personal. Esta filosofía se parece bastante a la que tiene la cervecera San Miguel, quien hace poco lanzó una nueva campaña para promocionar la que quizás sea su cerveza más emblemática.
San Miguel Selecta es fruto de más de 125 años de viajes alrededor del mundo, de la convivencia entre diferentes culturas y tradiciones. En definitiva, es el resultado de haber encontrado los ingredientes perfectos. Actualmente está presente en más de 40 países, pero la historia de San Miguel Selecta comienza en 1890 en Manila al crear un grupo de españoles San Miguel, la primera cervecera del sudeste asiático.
A mitad del siglo XX sus cervezas eran las más consumidas del continente asiático, pero como sentían la necesidad de triunfar también “en casa”, en 1957 abren la primera fábrica en España. Lleida es el primer destino, pero posteriormente se expanden abriendo otras cerveceras en Málaga y Burgos.
En el año 2000 Mahou adquiere la cervecera San Miguel formando el grupo conocido como Mahou-San Miguel, siendo a día de hoy líder indiscutible del sector cervecero nacional (producen más del 70% de la cerveza española consumida en el mundo, aunque el 85% de su negocio sigue estando en España y el pasado año su beneficio aumentó en un 11%).
La nueva campaña de Selecta dice que “para hacer una de las mejores cervezas del mundo hay que salir ahí fuera”. Así que tras mucho viajar se determinó que Alemania –y en particular la zona de Baviera- era el destino perfecto del que obtener los mejores lúpulos y maltas con las que elaborar San Miguel Selecta.
Algo tendrá que ver que Alemania sea uno de los países que más cerveza produce del mundo, pero no hay duda de que regiones como Wolnzach, Nüremberg o Herzogenaurach albergan a los mayores expertos en cultivo de lúpulo y cereal y a grandes empresas especializadas en mejora vegetal (como la familiar Saatzucht Josep Breun).
El secreto de esta excelente cerveza de baja fermentación (lager) está en que se emplean tres variedades de lúpulo diferentes (Herkules, H. Magnum y H. Taurus) de corte bastante clásico para aportarle amargor y aromas y tres tipos distintos de maltas de cebada (mayoritariamente de la variedad Scarlett) con diferentes tostados para obtener una mayor riqueza organoléptica.
La mezcla adecuada de los ingredientes junto a la maduración en frío, facilita la integración de aromas y sabores, aportando una riqueza en matices que hace de San Miguel Selecta una cerveza elegante y compleja.
Pero ¿cómo es Selecta? Es una cerveza diferente que apetece según se sirve, tanto por sus aromas como por ese color dorado con reflejos cobrizos y esa espuma abundante y consistente. Su intensidad aromática quiere ser alta, recordando a fruta (pera), flores (del lúpulo) y tostados (corteza de pan y galleta).
La complejidad y elegancia en nariz se transmiten a la boca, donde al inicio se aprecia un marcado amargor para después dejar paso a una explosión de sabores(higos, peras, caramelo, regaliz, pan tostado…) que finaliza con un recuerdo entre amargo y dulce muy persistente.
Selecta es un claro ejemplo de la calidad que existe en las cervezas españolas y de que no todo tiene que ser artesanal (o elaborarse unos pocos ejemplares) para que sea de calidad. Esta cerveza es realmente buena y no especialmente conocida. Una verdadera pena. Mientras Selecta poco a poco conquista el mundo, seguiré brindando con ella.
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