Argumentos ateos I
Ahora me gustaría dar algunos argumentos que sustentan el ateísmo.En próximas entradas daré más argumentos,pero por ahora me gustaría centrarme en algunos puntos:la Apuesta de Smith,los infiernos de las religiones y la carga de la prueba.
La Apuesta de Smith
Muy probablemente hayáis oído alguna vez el argumento de los creyentes(o si sois creyentes puede que incluso lo hayáis usado)conocido como Apuesta de Pascal.Este argumento se puede resumir en estos dos supuestos:
1.Dios no existe.En ese caso,los ateos no ganamos nada al morir,ya que no hay nada después,y los creyentes tampoco ganan nada.
2.Dios si existe.En ese caso,el creyente gana una eternidad en el Paraíso,mientras que el ateo se gana una eternidad en el Infierno.Por tanto,lo lógico es ser creyente,ya que si Dios no existe no pierdes nada,mientras que si Dios existe,ganas mucho.
Este argumento se usó como mucho tiempo para convencer a la gente de unirse a las religiones.Sin embargo,en 1979,George H. Smith publicó en su libro Ateísmo:el caso contra Dios,su propia apuesta,conocida como Apuesta de Smith.La apuesta puede resumirse así:
1. Dios no existe. En este caso, los ateos estarían en lo correcto, por lo tanto serían los creyentes los que habrían perdido gran parte de sus vidas y de sus esfuerzos en agradar a un ser inexistente.
2. Dios es un ser impersonal (deísmo). Dios creó el Universo y luego lo dejó a su suerte, sin intervenir en él. En este caso, ni el ateo ni el creyente tienen razones para preocuparse, pues este Dios ni premia ni castiga. En dado caso, aún los perdedores continuarían siendo los creyentes, pues habrían perdido gran parte de su esfuerzo vital en adorar a un Dios que no les escucha ni les presta atención alguna.
3. Dios existe y es un ser moralmente elevado. En este caso, Dios no podría castigar a ningún ser humano que cometiera errores de conciencia honestos. Si la razón es la que hace llegar a la conclusión al hombre que Dios no existe, este no debería tomar represalias contra él. De hecho, quien más preocupado debería estar es el creyente, pues la lógica en términos básicos debería llevar al ateísmo, por lo cual la creencia ciega y deshonesta en Dios sería para Él un gran pecado.
4. El Dios de los cristianos es el correcto, con su actuación moral y éticamente reprobable, que castiga a todo aquel que se atreve a dudar de Él, aunque esta duda esté basada en la lógica y la razón. Así, la vida de cada persona no sería importante, sino la simple adhesión a la creencia de Dios sea esta por razones honestas (escasamente hay quienes creen en dios como consecuencia del razonamiento y la meditación profunda en ese aspecto) o deshonesta (la mayoría, según Smith, lo hacen por la apuesta segura, por temor al infierno o por simple herencia cultural). Sin embargo, este Dios reprobable desde el punto de vista moral, podría fácilmente también convertirse en un Dios traicionero respecto a los cristianos pues, suponiendo que este disfrutara de alguna forma con el sufrimiento humano y no importaran para él las virtudes humanas, no habría en tal caso ningún impedimento para suponer que también lanzara a los cristianos al infierno, ya que para una mente inmoral la traición puede convertirse en un elemento de diversión.
La Apuesta de Smith
Muy probablemente hayáis oído alguna vez el argumento de los creyentes(o si sois creyentes puede que incluso lo hayáis usado)conocido como Apuesta de Pascal.Este argumento se puede resumir en estos dos supuestos:
1.Dios no existe.En ese caso,los ateos no ganamos nada al morir,ya que no hay nada después,y los creyentes tampoco ganan nada.
2.Dios si existe.En ese caso,el creyente gana una eternidad en el Paraíso,mientras que el ateo se gana una eternidad en el Infierno.Por tanto,lo lógico es ser creyente,ya que si Dios no existe no pierdes nada,mientras que si Dios existe,ganas mucho.
Este argumento se usó como mucho tiempo para convencer a la gente de unirse a las religiones.Sin embargo,en 1979,George H. Smith publicó en su libro Ateísmo:el caso contra Dios,su propia apuesta,conocida como Apuesta de Smith.La apuesta puede resumirse así:
1. Dios no existe. En este caso, los ateos estarían en lo correcto, por lo tanto serían los creyentes los que habrían perdido gran parte de sus vidas y de sus esfuerzos en agradar a un ser inexistente.
2. Dios es un ser impersonal (deísmo). Dios creó el Universo y luego lo dejó a su suerte, sin intervenir en él. En este caso, ni el ateo ni el creyente tienen razones para preocuparse, pues este Dios ni premia ni castiga. En dado caso, aún los perdedores continuarían siendo los creyentes, pues habrían perdido gran parte de su esfuerzo vital en adorar a un Dios que no les escucha ni les presta atención alguna.
3. Dios existe y es un ser moralmente elevado. En este caso, Dios no podría castigar a ningún ser humano que cometiera errores de conciencia honestos. Si la razón es la que hace llegar a la conclusión al hombre que Dios no existe, este no debería tomar represalias contra él. De hecho, quien más preocupado debería estar es el creyente, pues la lógica en términos básicos debería llevar al ateísmo, por lo cual la creencia ciega y deshonesta en Dios sería para Él un gran pecado.
4. El Dios de los cristianos es el correcto, con su actuación moral y éticamente reprobable, que castiga a todo aquel que se atreve a dudar de Él, aunque esta duda esté basada en la lógica y la razón. Así, la vida de cada persona no sería importante, sino la simple adhesión a la creencia de Dios sea esta por razones honestas (escasamente hay quienes creen en dios como consecuencia del razonamiento y la meditación profunda en ese aspecto) o deshonesta (la mayoría, según Smith, lo hacen por la apuesta segura, por temor al infierno o por simple herencia cultural). Sin embargo, este Dios reprobable desde el punto de vista moral, podría fácilmente también convertirse en un Dios traicionero respecto a los cristianos pues, suponiendo que este disfrutara de alguna forma con el sufrimiento humano y no importaran para él las virtudes humanas, no habría en tal caso ningún impedimento para suponer que también lanzara a los cristianos al infierno, ya que para una mente inmoral la traición puede convertirse en un elemento de diversión.
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