El blog de Uvinum

Posted: 03 Oct 2016 12:30 AM PDT

Una investigación desarrollada en Las Vegas concluye que los sumilleres y catadores de vino poseen áreas del cerebro más desarrolladas que el resto de personas. El estudio apunta que dichas zonas se encuentran directamente relacionadas con la memoria, disminuyendo así la vulnerabilidad de estas personas ante enfermedades como el Alzheimer.

La clave de este descubrimiento radica en el olfato. Debido a su profesión, estos expertos del vino poseen un mayor desarrollo del olfato. Su trabajo a lo largo de los años repercute en el desarrollo agudo de este sentido, así como de ciertas áreas del cerebro que el resto de personas no suelen ejercitar. De esta manera, el estudio concluye que ejercitar el sentido del olfato promueve el desarrollo de cerebral de la memoria y la prevención del Alzheimer.

Esta investigación llevada a cabo por la doctora Sarah Banks, neuropsicóloga del Centro de Salud Mental de Cleveland, pretendía responder a la incógnita de por qué los expertos catadores de vino pueden percibir aromas y sabores que el resto de personas no. El estudio consistió en realizar escáneres de la actividad cerebral de 13 sumilleres y 13 aficionados al ser expuestos a diversos aromas de vinos y frutas. Si bien el estudio comprobó que los expertos en vino son capaces de detectar olores y sensaciones indistinguibles para los aficionados a esta bebida, su mayor descubrimiento fue ubicar las partes del cerebro ejercitadas por dichos profesionales. Áreas entre las que se encuentran precisamente aquellas susceptibles a sufrir de enfermedades de la memoria.

“Esto es una buena noticia para los sumilleres; ya que estos podrían tener algún grado de protección contra el Alzheimer” afirmó la Dra. Banks en una reciente entrevista con la cadena norteamericana CBS. Aunque es tan sólo una conjetura por los momentos, la neuropsicóloga afirma que de esta manera el vino podría guiarla hacia un gran descubrimiento sobre el desarrollo de la memoria; así como la prevención y tratamiento de las enfermedades que la afectan.

Definitivamente vale la pena detenernos a oler cada copa de vino antes de beberla, ya sea para disfrutar de una agradable experiencia sensorial o para mejorar nuestra memoria.

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