ARTE

martes, 5 de enero de 2016

El consumo moderado de cerveza es bueno para ti



El consumo moderado de cerveza es bueno para ti

Posted: 04 Jan 2016 11:30 PM PST

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Ya hemos comentado alguna vez los beneficios de la cerveza, siempre con un consumo moderado, pero cada vez hay más estudios que lo ratifican. En este caso es la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) que ha publicado una investigación donde se plantea qué tipos de beneficios ofrece el consumo moderado de cerveza sobre la salud. Estas son las conclusiones:
Nutrientes: Una de las características es su capacidad para aportar toda clase de nutrientes y compuestos bioactivos que pueden ser beneficiosos para la salud. Y es que nos ofrece más energía y puede ser recomendable para personas que tienen la tensión algo baja.
Protector cardiovascular: En el estudio también se desprende que el consumo moderado de cerveza es un efecto protector cardiovascular, protegiendo a las personas que puedan tener riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el corazón.
Antioxidantes: La cerveza es buena y fuente de antioxidantes naturales, un hecho que facilita la protección del organismo.
Bajo contenido calórico: Los propios médicos de este estudio afirman que la cerveza es fermentada en baja graduación y como tal tiene un bajo contenido calórico.  
Vitaminas: Además, la cerveza, gracias a su proceso de elaboración y la cantidad de nutrientes que lleva, contiene vitaminas, polifenoles, fibra, minerales e hidratos de carbono. Los médicos han reconocido que todo ello la engloba dentro de la tan sana dieta mediterránea. Lo que sí se ha recalcado es que su consumo debe ser moderado y que para ser saludable, el consumo debe ir acompañado de una buena alimentación y de un estilo de vida saludable.
 

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Chimay Roja: una cerveza ale de Bélgica elaborada mediante una fermentación alta que posee un ABV de 7º.
 
 

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Guinness Draught: una cerveza negra de Irlanda elaborada mediante una fermentación alta con una graduación alcohólica de 4.1º. 
 
 

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Singha: una cerveza pilsener producida en Tailandia que tiene 6º de ABV. 4,4 puntos de 5 es la valoración media de Singha en Uvinum.
 
 
Imagen: John McStravick
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lunes, 4 de enero de 2016

Más vino y... mejor vida sexual



Más vino y... mejor vida sexual

Posted: 03 Jan 2016 11:30 PM PST

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¿Qué mejor manera de empezar el año que con una buena noticia? Nada. Y es que resulta que beber vino, además de tener múltiples beneficios para la salud, puede ayudar a mejorar la salud sexual de las mujeres.
Ello se desprende del estudio de Ricardo Bartoletti y Nicola Mondaini, doctores de a la Universidad de Florencia, quienes realizaron una investigación según la cual el consumo moderado y frecuente de vino tiene relación directa con una mejor salud sexual femenina.
Según dicho estudio beber vino con moderación, a razón de 1 o 2 copas diarias, genera desinhibición y relajación a las mujeres.
Para el estudio realizado se utilizaron las respuestas de aproximadamente 1.000 mujeres italianas, entre 18 y 50 años de edad, donde había tanto mujeres abstemias como mujeres que bebían vino de manera moderada y frecuente vino.
La investigación, efectuada con el objetivo de medir el %u201Cíndice de funciones sexuales femeninas%u201D (es una medida utilizada en otros estudios científicos para el estudio de la sexualidad femenina que incluye cuestiones como vida sexual, el deseo, el interés, la lubricación, el orgasmo, la satisfacción en las relaciones o el dolor durante el encuentro íntimo), arrojó como resultado que las mujeres que tomaban entre 1 y 2 copas al día presentaron mayores índices de deseo sexual en comparación con las otras mujeres del grupo.
Con estos resultados los médicos concluyeron que "hay una relación potencial entre la ingesta de vino y una mejor sexualidad", dando como resultado la hipótesis de que los componentes químicos del vino pueden lograr aumentar el flujo de sangre hacia las zonas erógenas del cuerpo, favoreciendo así la estimulación de las funciones sexuales.
Mondaini indicó que el vino tinto "hace que las mujeres se sientan más relajadas y que su cuerpo reaccione mejor a los estímulos sexuales", y sugiere que la dieta mediterránea que incluye un poco de vino puede ayudar a mejorar la salud y en la vida sexual.
 

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Ramón Bilbao Edición Limitada 2012:  un vino tinto de DO Rioja vinificado con tempranillo de 2012 y de un grado alcohólico de 13.5º. 
 
 

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Pruno 2013: un vino tinto con DO Ribera del Duero cuyo coupage contiene tinta fina y cabernet sauvignon de 2013 y 13.5º de grado alcohólico.
 
 
*Imagen: Matthew Rogers (flickr)
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domingo, 3 de enero de 2016

viernes, 1 de enero de 2016

Dandole duro............


Toma lo tuyo ...........................'


Penetración TOTAL.........


¿Quién fue Francisco Antonio Cano?

Horizontes. 1913. Óleo sobre tela 39 x 62 cm. Colección privada.
Horizontes. 1913. Óleo sobre tela 39 x 62 cm. Colección privada.



El nuevo libro de Davivienda rescata el legado de este artista colombiano, quien falleció en el olvido luego de ser uno de los pintores y escultores más importantes del país, a comienzos del siglo XX.
Hace ya casi ochenta años que falleció Francisco Antonio Cano. Su última petición fue que lo enterraran, bajo tierra, sin ninguna identificación. El Museo Nacional de Colombia decidió rendirle un merecido homenaje este año, con una exposición retrospectiva de su obra.
Unos meses más tarde surgió este libro, en edición de lujo, con textos y curaduría de Santiago Londoño Vélez, quien realiza un interesante recuento por la vida de este artista, “discípulo de sí mismo”, como él mismo se llamaba, muchas veces polémico y controvertido, pero que fue decisivo para el arte colombiano de la época, y que, además, fue uno de los precursores del paisajismo antioqueño.
“En sus comienzos como autodidacta hizo parte del costumbrismo en la medida en que en su trabajo predominó su interés por la descripción de los modos de vida y el entorno natural”, explica Londoño en el libro. Sin embargo, cuando Cano regresó de Europa a Medellín, “volvió dueño de conocimientos académicos y de valores estéticos propios del romanticismo francés”, dice el curador. Y, luego, en Bogotá, se convirtió en un artista ecléctico.
Un punto interesante, resalta Londoño, es que Cano, influenciado por el impresionismo, también produjo obras con un lenguaje propio, rico en color y libre en la composición, como lo demuestra en su serie Brumas. Sin embargo, no tuvieron mucho impacto porque no fueron lo suficientemente divulgadas.
Esta publicación hace parte de la colección de grandes artistas que Davivienda ha homenajeado desde hace catorce años, y rescata tanto sus obras iniciales como las de sus últimos días, muchas de ellas inéditas. El libro, de Ediciones Gamma, está dividido en tres grandes secciones: Dibujo, donde se incluyen desnudos, retratos y paisajes; Pintura, que contiene figura humana, paisajes, flores, religión e historia y, finalmente, Escultura, que recoge sus creaciones en yeso, mármol, piedra y bronce.
Un lugar destacado tiene Horizontes, considerada la obra cumbre de Cano, que luego se convertiría en el símbolo de los antioqueños. Es un óleo sobre tela, realizado en 1913, que muestra a una pareja de campesinos, con un niño en brazos. “El padre colonizador extiende el brazo izquierdo para señalar la ruta que han de seguir hacia la tierra que conquistarán; se trata de un gesto que repite el del Creador dándole vida a Adán, pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Sin ese brazo extendido, convertido en un símbolo creador, la imagen sería una escena costumbrista trivial”, explica Londoño.
¿Quién fue?
Francisco Antonio Cano Cardona –“Canito” como solían llamarlo en Medellín– nació en una vereda de Yarumal, Antioquia, el 24 de noviembre de 1865. Aprendió de su padre el oficio de la platería, y desde pequeño se mostró interesado en el arte. Los primeros dibujos que se le conocen son una colaboración que hizo en un periódico llamado Los Anales del Club, cuando tenía 18 años. A los 20 decide irse a vivir a Medellín, donde es acogido por la familia de don Melitón Rodríguez. En la capital antioqueña tomó clases de pintura, pintó retratos y copió imágenes religiosas.
En 1892, junto al pintor Emiliano Mejía y el escritor Samuel Velásquez, realizó la primera exposición de arte de Medellín, compuesta por más de 150 obras de aficionados. Su objetivo era demostrar que el arte no era una actividad inútil. Luego, en 1898, gracias a una beca de 6.000 francos del Congreso Nacional, viajó a París a estudiar en las academias privadas Julian y Colarossi. También aprovechó la oportunidad para visitar los principales museos europeos y ver las obras de los grandes maestros, como Velázquez, Rembrandt y Miguel Ángel.
Cuatro años más tarde regresó a Medellín y desempeñó múltiples actividades. Trabajó como arquitecto, cerrajero, pintor, profesor y fabricante de lápidas. En 1912 se fue a Bogotá, como director de la Litografía Nacional. En 1922, una de sus mejores esculturas fue inaugurada en el Capitolio Nacional: una estatua de Rafael Núñez. Cano luchó para que fuera hecha por un artista local y no por uno extranjero.
Al año siguiente fue nombrado rector de la Escuela de Bellas Artes, un cargo que también le trajo varios problemas debido a que las nuevas generaciones huían del academicismo que Cano, en parte, representaba. Intelectuales como Germán Arciniegas lo catalogaron como un pintor europeo víctima de los encargos oficiales.
Cano falleció el 10 de mayo de 1935 a los 69 años, con dificultades económicas y con serios problemas respiratorios. Confesó que pese a haber pintado decenas de cuadros religiosos, su única religión era el arte, y pidió ser enterrado en el suelo, sin ninguna identificación, pues quería que su cuerpo desapareciera “en absoluto sobre la tierra con todo el significado universal de esa palabra”. Afortunadamente, su obra permanece.

El discurrir de la vida según Paz Errázuriz

La Fundación Mapfre presenta la primera gran retrospectiva de la fotógrafa chilena


'Evelyn I, Santiago', de la serie 'La manzana de Adán', 1987. / PAZ ERRÁZURIZ


La manzana de Adán, que da título a una de las series fotográficas de Paz Errázuriz (Santiago de Chile, 1944) parece ser la misma que en demasiadas ocasiones mordieron los protagonistas de sus retratos. Aquellos cuyo paso por el paraíso fue fugaz. Desterrados del Edén, son los olvidados y estigmatizados de la sociedad chilena; indigentes, ciegos, frágiles boxeadores, melancólicos tanguistas, travestis, enfermos psiquiátricos, ancianas vestidas de reinas y personajes circenses. Toda una galería de perdedores en cuyos rostros y actitudes quedan reflejadas las vivencias más lacerantes de la condición humana. Y cuyo poder reside en que pese a su marginalidad no nos resultan ajenos, el espectador es capaz de identificar esas vivencias como las suyas propias.
La Fundación Mapfre ofrece hasta el próximo 28 de febrero la posibilidad de pasearse por el peculiar universo de la fotógrafa chilena a través de su primera gran retrospectiva. Un recorrido por cuatro décadas de trabajo que abarca más de ciento setenta obras divididas en grupos temáticos y dos vídeos. La artista que recibió el pasado mes de junio el Premio PHotoEspaña 2015, goza de un buen prestigio internacional habiendo representado a Chile en la última Bienal de Venecia.
“A Errázuriz le interesan las individualidades, los sentimientos, la afirmación en medio de la exclusión”, escribe Gerardo Mosquera en el catálogo que acompaña a la exposición. De ahí que la fotógrafa evite dar una visión tremendista y caer en estereotipos; sus personajes viven, por tanto sufren, pero también ríen y disfrutan. Sus locos son locos enamorados que trascienden a la opacidad de su existencia. Por encima de todo está su condición humana.
La artista rechaza el término marginal, y repudia la predisposición condescendiente y moralista que se suele utilizar al referirse a los sectores sociales 'bajos'. La comparación con Diane Arbus resulta por tanto inevitable, ambas necesitaron intimar con los retratados antes de fotografiarlos, pero es el resultado final el que las diferencia. En Arbus la excepcionalidad nos perturba mientras que en Errázuriz nos enternece. En su libro Sobre fotografía, Susan Sontag dedicaba algunas de sus críticas más duras a Arbus, acusándola de tomar fotografías de ”gente patética, que despierta compasión, así como repulsiva” desde la superioridad “desde la distancia, desde el privilegio, consciente de que lo que se le está pidiendo al espectador que vea, es a otro”. De esta forma, Sontag subrayaba la naturaleza predatoria de la fotografía de la que no es fácil escapar. “Hacer una foto es muy atroz, muy agresivo, es muy valiente el acto de quien se deja fotografiar. Hay una cantidad de pactos silenciosos que tú no puedes traicionar “ decía Paz Errázuriz, en una entrevista de 2004 con Rosario Mena. Y es probablemente en ese pacto silencioso y en el respeto al fotografiado donde se afianza la dignidad que destilan sus personajes.
“Yo revierto el término minoría. Son absolutamente mayoría. Los súper sofisticados y los súper privilegiados son en realidad una minoría”, dice la fotógrafa que también ha sometido la suficiencia y ostentación de la clase pudiente a su escrutinio. Según Juan Vicente Aliaga, comisario de la exposición, el objetivo de Errázuriz es “desestabilizar el orden visual normativo. Un orden que se sustenta en los valores clasistas burgueses, en la ley patriarcal, en la hegemonía masculina y heterosexista, en el lenguaje del hombre blanco”. Este propósito de desestabilización surge de sus inicios en la fotografía en una época de sombras, en plena dictadura de Pinochet, cuando se lanzó a recorrer la realidad de las vigiladas calles de Santiago, actitud temeraria, mucho más por ser mujer. Cuatro décadas después su obra atraviesa la historia de Chile a través de su mirada, pero sin ninguna ambición de cronista sino de observar al individuo, de dar voz a los que no la tienen y afirmarlos como sujetos. Su obra sirve como testimonio de una sociedad pero a través de sus gestos no de sus hechos.
El paso del tiempo y sus consecuencias es otra de las obsesiones de Paz Errázuriz de suerte que convierte tanto a los niños, a los ancianos, como a los muertos en protagonistas de sus imágenes. En su obra la artista incide en el culto a la belleza que predomina en nuestra sociedad y en cómo una excesiva exaltación a la juventud nos ha llevado a arrinconar la veteranía y la sabiduría de nuestros mayores, y lo hace adentrándose en un tema que sigue resultando incómodo, su deshinibida desnudez.
Para Paz Errázuriz la belleza radica en el devenir de la vida, en la vulnerabilidad del ser humano y en su experiencias por muy insólitas, remotas y clandestinas que lleguen a ser.
Fundación Mapfre. Barbara de Braganza, 13. Madrid. Hasta el 28 de febrero de 2016.

Débora Arango: historia de un olvido

La pintora antioqueña, blanco de críticas ultraconservadoras, donó más de 200 obras al Museo de Arte Moderno de Medellín, que presenta una muestra de su obra


'Esquizofrenia en el manicomio' (1940), obra de Débora Arango expuesta en le Museo de Arte Moderno de Medellín.

Durante gran parte del siglo XX, Medellín, una ciudad del occidente colombiano, parecía estar condenada a los campanazos de las iglesias. Las grandes familias de la región, muchas de origen campesino y minero, se habían establecido en el Valle de Aburrá desde finales de la Colonia, cargando a cuestas, además de sus enseres personales, una fuerte tradición política conservadora y los más acérrimos valores católicos. Como comenta el escritor Mario Vargas Llosa, en algunas ciudades latinoamericanas la mayor fantasía de una madre era que su hijo llegara a sacerdote, y si lograba ser obispo, la felicidad no tendría nombre.
En aquella villa ultramontana, literalmente encerrada entre dos cadenas montañosas y un exuberante bosque húmedo tropical (una ciudad que hasta 1950 no sobrepasaba los 350 mil habitantes), monseñor Miguel Ángel Builes (1888-1971) era el guía espiritual y político por excelencia: un crítico severo a "las modas femeninas" (como la utilización de pantalón y montar a caballo), la masonería, el cine, la autonomía universitaria, los libros impíos, las revistas pornográficas, el liberalismo, el comunismo y, cómo no, el arte moderno. Casi todos los aspectos de la vida contemporánea eran, según monseñor Builes, para "escándalo del pueblo cristiano y complacencia del infierno". Ante la "decadencia moral del pueblo colombiano", que monseñor veía en cada cambio social, solía repetir en tono apocalíptico: "¡pásmese el cielo!".
Pero una figura remecía el ambiente clerical de la 'ciudad de la eterna primavera': la artista Débora Arango (1907-2005), discípula del muralista Pedro Nel Gómez y formada en México bajo el influjo de David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Débora, cómo la recuerdan cariñosamente, parecía predestinada a destruir la "civilización occidental y católica": no sólo vestía con pantalón y montaba a caballo, tampoco vivió para conseguir marido y hacer familia extensa.
Aunque realizó sus obras más punzantes entre las décadas de 1930 y 1950, un largo silencio se extiende sobre su producción
Débora murió soltera. Según algunas fuentes no oficiales era lesbiana, un asunto que incluso hoy ningún historiador se ha atrevido a corroborar y que, de ser cierto, debió significarle más de una dificultad en el Medellín de entonces. En la pintura Esquizofrenia en el manicomio (1940), Débora representa a una mujer en posición lasciva, con las piernas abiertas, encerrada en un asilo de locos de la ciudad, sentada en una habitación con imágenes de mujeres desnudas pegadas en las paredes, recortadas de revistas pornográficas. Posiblemente la escena aluda a una mujer homosexual sometida a tratamiento psiquiátrico, una desviada para los estándares sociales y médicos de la época. Sin embargo, el contenido crítico de la obra suele ser neutralizado en las exhibiciones de museos y en las interpretaciones que hace la historia del arte tradicional.
Aunque Débora realizó sus obras más punzantes entre las décadas de 1930 y 1950, un largo silencio se extiende sobre su producción hasta mediados de los años 80. Sus representaciones de mujeres desnudas, prostitutas, mendigos y políticos corruptos, pintados de forma "incorrecta" para los estándares de la crítica más correcta, le valieron el silencio y el olvido a lo largo de todo un siglo. Ningún museo colombiano o extranjero coleccionó sus obras, fue una figura descartada por el coleccionismo privado y nunca trabajó con galerías. Terminó sus días alejada en una finca en las afueras de Medellín, y aunque al comienzo de su vida artística parecía tener un insaciable impulso tectónico, su recuerdo se fue diluyendo a través del tiempo.
Se echa de menos una curaduría menos temática y más política, en sintonía con el espíritu disruptivo de Débora Arango
El carácter misántropo de la artista fue desencadenado por toda suerte de pugnas intestinas. Una exposición suya realizada en Medellín en 1939, fue boicoteada por las Damas de la Liga de la Decencia, una suerte de pequeño comité de señoras por la defensa de la moral y las buenas costumbres. Su exposición en el Teatro Colón de Bogotá (1940) fue cerrada por orden del político conservador Laureano Gómez (amigo cercanísimo de monseñor Builes y presidente de Colombia entre 1950 y 1951), a quien sus desnudos le parecían "inmorales", "perversos", "pornográficos" e "incorrectos" técnicamente. Vale la pena anotar que Laureano Gómez y su hijo Álvaro Gómez Hurtado comulgaban estéticamente con la posición del nacionalsocialismo frente a un sector del arte moderno, por ellos calificado como "arte degenerado". Por otro lado, una exposición de Débora en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid (1955) fue clausurada por el gobierno de Francisco Franco, un episodio apenas documentado por la historiografía local. Para completar el panorama, el principal mentor de la artista, el político liberal Jorge Eliécer Gaitán, quien le había invitado a realizar la exposición de 1940 en el Teatro Colón, fue abaleado en las calles de Bogotá el 9 de abril de 1948; su asesinato generó el episodio histórico conocido como El Bogotazo.
En los ochenta, la obra de Débora sería recuperada como un testimonio único, radical y femenino
Gracias al autoritarismo falangista, las prostitutas, mendigos y políticos corruptos pintados por Débora serían invisibilizados durante casi medio siglo. Incluso, la influyente crítica de arte colombo-argentinaMarta Traba, establecida en Colombia desde la década del 50, tampoco llamó la atención sobre la producción de la artista. Traba prefirió impulsar a una generación de artistas hombres conocida, entre otros motes, como Los intocables, un grupo del que hacía parte Fernando Botero, Alejandro Obregón, Édgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar.
Solo hasta los ochenta, la obra de Débora sería recuperada por los museos y por la historia del arte como un testimonio único, radical y femenino de los momentos álgidos de la historia moderna de Colombia. Sin embargo, incluso después de su muerte, la artista nunca tuvo un espacio de exposición permanente en museo colombiano alguno.
Desde el pasado 3 de septiembre, algo empezó a cambiar: abrió al público la ampliación del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM), institución que promete convertirse en referente del arte contemporáneo latinoamericano y que incluye una exposición permanente de pinturas y acuarelas de Débora, exhibida gracias a una donación de 233 obras realizada por la artista en 1987, un acervo largamente guardado en reserva y que sólo hasta hoy logra exhibirse parcialmente. A pesar del esfuerzo, se echa de menos una curaduría menos temática y más política, en sintonía con el espíritu disruptivo de Débora. En todo caso, después de mucho tiempo, las condiciones están dadas para revisitar críticamente la obra de esta artista perseguida y olvidada.

¡Gracias por ayudarnos a mejorar nuestro planeta!



¡Gracias por ayudarnos a mejorar nuestro planeta!

Posted: 31 Dec 2015 11:30 PM PST

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Hoy empieza el año y no hay mejor manera de hacerlo que celebrar contigo que, gracias al apoyo de los clientes de Uvinum, hemos conseguido el 100% del objetivo marcado para el proyecto Compensa Natura, que tiene como objetivo preservar los últimos bosques maduros que existen en España, exponentes máximos de la extraordinaria biodiversidad que existe en Europa. Se trata del segundo proyecto que ayudamos a financiar mediante la plataforma Worldcoo, que facilita la financiación de proyectos solidarios, por lo que estamos muy contentos de haberlo conseguido y de aportar nuestro grano de arena a mejorar nuestro planeta junto a ti.
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Pero los retos no terminan. Son muchas las causas y personas que necesitan de la ayuda de todos nosotros. A lo largo de este año hemos visto como miles de personas han tenido que dejar sus casas huyendo de las guerras y la pobreza. Por ello en esta ocasión queremos repetir con Worldcoo y hacerlo apoyando un proyecto de Oxfam Intermón de ayuda a los refugiados, que tiene como objetivo proporcionar agua, refugio y ayuda vital de primera necesidad a miles de refugiados que se ven forzados a abandonar sus hogares. Con las aportaciones recibidas a través de la compra en Uvinum se repartirán kits de higiene y mantas entre 154 familias de refugiados llegados a Serbia.
Te animamos a que participes para que entre todos podamos ayudar a tantas familias que lo necesitan.
¡Gracias por confiar en Uvinum y gracias por tu solidaridad!
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