Tras el espectacular contrato millonario de Canelo Álvarez por sus próximos combates, y después de la victoria sobre su archienemigo kazajo Gennady Golovkin, arrebatándole los cinturones del peso medio, el mexicano intenta probarse en la categoría de peso superior, el supermedio (76,200 kg) y ahí le espera esta noche en el Madison Square Garden de Nueva York el inglés Rocky Fielding, que posee el título "regular" WBA.
Si entre los aficionados al boxeo de todo el planeta hay un deseo muy difícil de conseguir que es que solo hubiera un organismo mundial, como la FIFA en el fútbol o la FIBA en el baloncesto, todavía una de las cuatro organizaciones, la Asociación Mundial de Boxeo (WBA) con su presidente Gilberto Mendoza a la cabeza, ha dado una vuelta de tuerca muy maligna para el pugilismo.
Para hacer más campeonatos mundiales, principalmente para trincar más comisiones por los títulos disputados, creó hace unos años la figura del supercampeón WBA y también la de campeón mundial "regular", un dañino y usurero golpe al hígado del noble arte.
Pero todos tenemos claro que el único campeón es el número uno de este organismo en cada categoría, el supercampéon, que en este caso es el también inglés Callum Smith, mucho más difícil que Fielding, noqueado por Smith en un solo asalto hace tres años.
Pues bien, Canelo ha elegido al "campeón" débil y la WBA pregona que podría lograr ser campeón mundial en tres pesos, superwélter, medio y supermedio. Pero es una falacia, el campeón es Callum Smith y Fielding es un campeón segundón, por lo que Canelo se deberá conformar con una victoria en una nueva categoría para él y si quiere dar un paso más, que rete al verdadero monarca Smith.
Claro favorito el pelirrojo campeón mundial medio, que no debería tener graves problemas para doblegar al británico Fielding.
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